Ilustración vectorial minimalista que muestra un termostato estilizado con colores planos y formas geométricas. Una pequeña flecha hacia arriba y abajo resalta el concepto de histéresis y la escala de temperatura.

Histéresis: El secreto para un confort térmico perfecto en casa

La histéresis, a veces llamada “diferencial térmico” en los manuales de los termostatos, es un factor clave en la gestión de la calefacción del hogar. Resulta especialmente importante para quienes desean optimizar el confort, el consumo de energía y la durabilidad de su instalación de calefacción.

¿Qué es la histéresis (o diferencial térmico)?

La histéresis es la diferencia de temperatura establecida para que el termostato decida cuándo encender y apagar la calefacción. Imaginemos que el termostato está programado para mantener 20 °C en casa y que el diferencial térmico se ha fijado en 0,5 °C:

  • Temperatura de consigna (confort): 20 °C
  • Histéresis: 0,5 °C

Esto significa:

  • Si la temperatura ambiente desciende 0,5 °C por debajo de la consigna (es decir, hasta 19,5 °C), el termostato “llama” a la caldera (la enciende).
  • Una vez que la caldera se enciende, permanecerá en funcionamiento hasta que la temperatura interior vuelva a 20 °C (o ligeramente por encima, según el tipo de termostato).

En la práctica, el diferencial térmico establece el umbral dentro del cual puede fluctuar la temperatura antes de que el termostato decida encender de nuevo la caldera.

¿Por qué es importante la histéresis?

  1. Confort térmico: Si la histéresis es demasiado amplia, se percibirán variaciones notables de temperatura en casa: la calefacción se encenderá pocas veces, pero funcionará durante más tiempo. En cambio, si la histéresis es muy estrecha (por ejemplo, 0,1 °C), la calefacción se activará con mucha frecuencia, ocasionando continuos ciclos de “encendido/apagado” que pueden resultar molestos y acelerar el desgaste de los componentes.
  2. Eficiencia energética: Un ajuste muy estrecho provoca arranques muy frecuentes y de corta duración, que además de desgastar la caldera, pueden incrementar ligeramente el consumo. Por el contrario, una histéresis demasiado amplia podría dejar que la temperatura descienda demasiado, forzando a la caldera a funcionar a plena capacidad durante más tiempo.
  3. Vida útil de la instalación: Una caldera que se enciende y se apaga demasiado a menudo (efecto “on/off”) se desgastará más rápido, aumentando así los costes de mantenimiento y la probabilidad de averías.

¿Cómo influye la histéresis en la “llamada de calefacción” del termostato?

De manera básica, el termostato controla la caldera de forma binaria:

  • Enciende la caldera si la temperatura desciende por debajo del umbral configurado.
  • Apaga la caldera cuando la temperatura alcanza o supera la consigna.

La histéresis (diferencial térmico) sirve para evitar un exceso de ciclos “encender/apagar”. Sin histéresis, a la mínima bajada por debajo de la consigna, el termostato activaría la caldera, y con un leve repunte por encima, la apagaría. Con un diferencial adecuado, se permite una pequeña variación de temperatura antes de reactivar el sistema de calefacción.

¿Cómo y cuándo regular correctamente la histéresis?

  1. Valor predeterminado: La mayoría de los termostatos modernos vienen de fábrica con una histéresis estándar de 0,5 °C (medio grado). Este valor suele ser un buen compromiso entre el confort y el número de encendidos de la caldera.
  2. Si la casa tiene baja inercia térmica (por ejemplo, un apartamento pequeño o habitaciones con calefacción por suelo radiante que se calientan/enfrían rápidamente):
    • Se podría preferir una histéresis más reducida (0,3 °C – 0,4 °C) para mantener la temperatura más estable, aceptando más arranques de la caldera.
  3. Si la casa tiene alta inercia térmica (por ejemplo, edificios con paredes gruesas, suelo radiante lento en calentar/enfriar):
    • Una histéresis más amplia (0,5 °C – 0,8 °C) da tiempo a la caldera para alcanzar la temperatura deseada sin encenderse con demasiada frecuencia.
  4. Considerar la estacionalidad: En verano (para el aire acondicionado) o en invierno (para la calefacción), se puede ajustar la histéresis de forma similar, teniendo en cuenta la diferente rapidez de respuesta de los sistemas de calefacción y refrigeración.

Consejo: Empieza con el 0,5 °C predeterminado, observa cuántas veces se enciende la caldera y valora tu nivel de confort. Aumenta o disminuye en 0,1 °C cada vez y comprueba los resultados durante unos días. Así encontrarás el equilibrio adecuado.

Temperatura de la caldera y la inercia del sistema

Además de la histéresis, la temperatura de impulsión de la caldera (es decir, la temperatura a la que se calienta el agua antes de enviarla a los radiadores o al suelo radiante) influye en el confort y en el consumo energético.

  • Caldera ajustada a una temperatura muy alta:
    La habitación se calienta más rápido, pero el reparto de calor puede ser desigual y, en algunos casos, podría provocar más ciclos de encendido y apagado (sobre todo si la histéresis es pequeña).
  • Caldera con temperatura muy baja:
    La habitación se calienta más lentamente, haciendo que la caldera funcione durante más tiempo. Esto puede ser beneficioso en cuanto a eficiencia (especialmente con calderas de condensación) si se ajusta bien, pero requiere más tiempo para alcanzar la temperatura deseada.
  • Inercia del sistema:
    • Si tienes radiadores tradicionales, la reactividad suele ser relativamente rápida, por lo que una temperatura de impulsión media-alta y una histéresis media (0,5 °C) suelen funcionar bien.
    • Si tienes un sistema de suelo radiante (o un sistema muy grande), la inercia será alta: se necesita más tiempo para modificar la temperatura interior. Para evitar encendidos frecuentes, podrías mantener una histéresis más amplia (0,6 °C – 0,8 °C) y una temperatura de impulsión no demasiado alta, de modo que el calentamiento sea gradual.

Preguntas frecuentes sobre la histéresis de los termostatos

¿Cuál es el valor de histéresis por defecto en la mayoría de los termostatos?

Normalmente, los termostatos modernos vienen con una histéresis predeterminada de 0,5 °C (medio grado). Esto garantiza un buen equilibrio entre confort térmico y eficiencia energética.

¿Conviene cambiar el valor de histéresis por defecto?

Depende de las características de la vivienda y del sistema de calefacción. Si la caldera se enciende con demasiada frecuencia o si percibes variaciones de temperatura muy acusadas, podría merecer la pena ajustar la histéresis.

¿Cuándo es apropiado regular la histéresis?

Se recomienda hacerlo después de observar, durante varios días, cómo evoluciona la temperatura de casa y cuántas veces se enciende la caldera. Si notas oscilaciones muy bruscas o demasiados arranques, puedes aumentar o disminuir el diferencial térmico de 0,1 °C cada vez.

¿Cuándo es mejor ajustar la caldera directamente?

La regulación de la temperatura de impulsión en la caldera es muy útil sobre todo si se desea reducir el consumo energético a largo plazo o si el sistema tiene una alta inercia (por ejemplo, en suelos radiantes). Ajustar el termostato controla la frecuencia de los ciclos de encendido/apagado; intervenir en la caldera permite regular la potencia y la rapidez de calentamiento.

¿Qué papel juega la sonda exterior?

La sonda exterior ayuda a la caldera (o al sistema de control) a modular la temperatura de impulsión en función de las condiciones climáticas. Si la instalación utiliza una sonda exterior, conviene tener en cuenta la información que proporciona para ajustar la histéresis y la temperatura de la caldera, optimizando así el consumo y el confort.

Conclusiones

La histéresis (o diferencial térmico) de los termostatos suele pasarse por alto, pero es esencial para lograr el equilibrio adecuado entre confort térmico, ahorro de energía y longevidad del sistema de calefacción.

El ajuste predeterminado de 0,5 °C funciona en la mayoría de los casos, pero puede afinarse dependiendo del tipo de vivienda, de la inercia del sistema y de las preferencias personales de confort. También es clave la temperatura de impulsión de la caldera: cuanto más alta sea, más rápido se calienta el ambiente, aunque podrían multiplicarse los encendidos y apagados; cuanto más baja, más se prolonga el tiempo de calentamiento, pero se reduce el consumo energético y el desgaste de la caldera.

En resumen:

  1. Comienza con 0,5 °C de histéresis.
  2. Observa cuántas veces el termostato llama a la caldera en un día.
  3. Ajusta de forma gradual tanto la histéresis como la temperatura de la caldera, hasta encontrar la combinación que te proporcione el mayor confort con el menor número de ciclos de encendido.
  4. Ten en cuenta el tipo de sistema de calefacción (radiadores, suelo radiante, etc.) y la calidad del aislamiento de la casa.

Con un buen ajuste, no solo disfrutarás de un ambiente interior confortable, sino que también reducirás el consumo de energía y prolongarás la vida útil de tu caldera.

Marco B.
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Experto en calefacción con más de 12 años de experiencia en mantenimiento y servicio de calderas residenciales de menos de 35 kW, me dedico a ofrecer a los clientes un servicio preciso y especializado. Trabajo principalmente con marcas de calidad como Euroterm, Innovita, Fondital y Radiant. Gracias a la formación continua con los fabricantes y a miles de intervenciones en el campo, he desarrollado un profundo conocimiento de las necesidades de los clientes y de las tecnologías modernas. Mi misión es garantizar confort y seguridad, ofreciendo soluciones eficientes y personalizadas para cada necesidad de calefacción.

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